CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO
CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO. Pecados de ingenuidad
Pecados


Pecados de ingenuidad(*)

09-12-2021

AUTORA:PILAR AGUILAR

Analista de ficción audiovisual y crítica de cine. Licenciada en Ciencias Cinematográficas y Audiovisuales por la Universidad Denis Diderot de París. 

Mi libro Feminismo o barbarie, vol. I recoge artículos publicados en Tribuna feminista. El primero, titulado Feminismo triunfante, data de 2016… Hace poco más de cinco años, pero, el otro día, al ojearlo, me quedaron clarísimas dos cosas: el enorme ataque contra el feminismo que estamos sufriendo y lo ingenua que soy.

En ese artículo mis afirmaciones eran correctas: habíamos logrado grandes movilizaciones (contra la ley Gallardón y contra la violencia machista), habíamos ganado presencia pública: mujeres conocidas empezaban a declararse feministas (y, aunque algunas lo hicieran sin gran fundamento, suponía un avance respecto a la hostilidad que muchas nos habían manifestado durante años), los medios de comunicación de masas recogían nuestras reivindicaciones, etc. Y deducía: a pesar de las agresiones e insultos del machismo más montaraz y a pesar de quienes hacen una apropiación espuria de nuestros lemas y consignas para comercializarlos, “El feminismo se ha fortalecido tanto que ya no pueden ignorarnos”.

Con esa última frase demostré mi ingenuidad porque, si bien los poderes patriarcales habían concluido algo parecido, no estaban dispuestos a resignarse. Más bien, su idea era esta: “Al feminismo ya no podemos frenarlo con insultos o comercialización. O sea, por decirlo gráficamente, ni con Forocoches ni con Primark. Hemos de buscar otras estrategias y tácticas a fin de perpetrar ataques más radicales y eficaces que puedan demolelo o, al menos, enviarlo de nuevo a las catacumbas”.

Aprovecharon lo que ya venían practicando desde la crisis económica del 2008 (esa donde el liberalismo aprendió tanto). ¿Recordáis aquella crisis? Entonces, muchos (tan ingenuos como yo) también pensaron que el capitalismo, al mostrar su verdadera faz a nivel mundial, se resentiría; que la gente, tan salvajemente empobrecida y timada, reaccionaría… Y resultó que no, que para nada. La maquinaria capitalista inició, con varios movimientos, una temible campaña de neutralización y disolución de la ira popular: 1). Condena a algunos (pocos, poquísimos) de los culpables más visibles. 2. Limpieza superficial -y temporal- de algunas de las prácticas y permisividades financieras más salvajes. 3). Aumento de las dosis de neoliberalismo ideológico, sofisticando, extendiendo y diversificando los canales de difusión.

El neoliberalismo era ya, por supuesto y desde antes de la crisis, la ideología dominante (fundamentalmente en USA). Se sustentaba en los lemas: “Sálvese quien pueda, tonto el último, si eres pobre es por tu culpa, emprende”. Pero, cuando, brutalmente, alguien pierde casa, trabajo y hasta esperanza, es difícil que siga tragándose, sin más, esos cantos de sirena que le dicen que suya es la culpa.

El neoliberalismo siguió, por supuesto con el argumentario de fondo: “No hay trabas para tu ambición. Tú puedes, usando tu libertad –el bien supremo- llegar a presidente de USA o a millonario de cualquier parte”. Ocultaban, por supuesto, que nadie, por astuto que sea, llega a presidente sin una poderosísima maquinaria económica detrás y ocultaban que, Amancio Ortega (por poner un ejemplo patrio) se hizo millonario a cuenta del trabajo y la explotación de miles y miles de personas. Quienes decimos esto, no negamos que Amancio Ortega sea inteligente, pero afirmamos que su inteligencia no consiste en coser mejor que nadie y sin descanso, noche y día, sino en poner a miles de personas a hacerlo para él. O dicho con palabras de Marx: en apropiarse de la plusvalía, del esfuerzo de otros.

Lo fundamental para el neoliberalismo es ocultar la realidad material y objetiva, obnubilar a la gente, apoyándose en:

  1. La fragmentación en grupos identitarios que sustituyen las luchas sociales contra las estructuras –es decir, contra las verdaderas causas de opresión- por enfrentamientos tribales primarios: el nacionalismo, por ejemplo, o la “diversidad e identidad” cultural: “Que los que bailen sardanas se peleen con los que bailan sevillanas pero que todos consuman Coca-Cola”. “Que la identidad se centre en lo más retrógrado de la tradición: mujeres con velo, pero hombres con tarjeta de crédito” … y así sucesivamente.

  2. Publicitar libertad, pero ocultando que la libertad sin igualdad es una patraña.

  3. Insistir en que el deseo individual es lo único que importa. ¿Cualquier deseo? No, claro, los deseos que puedan ser comercializados y que no cuestionen las bases ni del capitalismo ni del patriarcado.

O sea, lejos de acabar con la mercantilización de la vida o con los corsés genéricos, los potenció, y puso en venta deseos que aún no lo estaban: comprar niños alquilando cuerpos de mujeres, cambiar de sexo a voluntad… Es decir: emitiendo por tierra, mar y aire prédicas egocentristas, individualistas; infantilizando el pensamiento y potenciando, al tiempo, el irracionalismo sentimental-emotivo primario, salpimentado con un buenismo heredero de la caridad cristiana, esa que no cambia las condiciones objetivas, pero lava la conciencia: “Si quieres ayudar a los demás, da por buenos sus deseos individuales y subjetivos, pero no te metas en camisa de once varas, no cuestiones las estructuras, no tengas objetivos sociales, quédate en el folclore”.

Eso lo pergeñan el capitalismo y el patriarcado (que son uña y carne). Pero lo triste es que se lo traga la progresía y la izquierda que, en vez de luchar contra los brutales corsés genéricos, se dedica a predicar que lo bueno es poderlos elegir libremente.

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(*)a) {Con esa última frase demostré mi ingenuidad porque, si bien los poderes patriarcales habían concluido algo parecido, no estaban dispuestos a resignarse. Más bien, su idea era esta: “Al feminismo ya no podemos frenarlo con insultos o comercialización. O sea, por decirlo gráficamente, ni con Forocoches ni con Primark. Hemos de buscar otras estrategias y tácticas a fin de perpetrar ataques más radicales y eficaces que puedan demolelo o, al menos, enviarlo de nuevo a las catacumbas”.}

Pues, en el siglo 21, ya, nada puede sustituir los insospechados perfeccionamientos, de la concepción perversa del poder mundial globalizado del narcisista paranoico transexual patriarcado. Esta concepción está, ya acabada en todas sus partes y seguirá siéndolo ni puede modificar en nada, el hecho de adaptarse nuestra dependencia en el nuevo mundo real impuesto por el perverso poder mundial globalizado del narcisista paranoico transexual patriarcado que, extrae su fuerza de su adaptación a sus perversos impulsos instintivos, hoy.

b) {Eso lo pergeñan el capitalismo y el patriarcado (que son uña y carne). Pero lo triste es que se lo traga la progresía y la izquierda que, en vez de luchar contra los brutales corsés genéricos, se dedica a predicar que lo bueno es poderlos elegir libremente.}

Pues, el nihilismo intelectual/seudocientífico aplicado en la globalización del narcisista paranoico transexual patriarcado, irradia en nuestros tiempos el anarquismo político, propio de la perversión paranoica de la civilización del macho, utilizando los conocimientos que provee la tarea científica, pero componiéndola para impulsarla a la anulación de la persona, dictándole la misión de suprimirse a sí misma, sometida a las reglas del perverso poder mundial globalizado del narcisista paranoico transexual patriarcado.

Mi Femeninologia *Ciencia de lo femenino es la serie de configuraciones que con mi conciencia voy recorriendo constituyendo, más bien, la historia que desarrollo en la formación de mi conceptualización. Es decir, una suerte de escepticismo consumado, que en realidad sería, el propósito de no rendirme, a la autoridad de los pensamientos de otro, sino de examinarlo todo por mí mismo ajustándome a mi propia convicción; o mejor aún, producirlo todo por mí mismo y considerar como verdadero tan solo lo que yo hago.

Hoy, como ese infante entre los 4 a 5 años adaptando mi pensar en la realidad, interpretando mi actividad onírica.

El sentido y la verdad del feminismo (la mujer) es absolutamente la derrota del varón; perverso irresoluble y ambiguo sexual.

Correspondería que, quienes se adjudican representar el psicoanálisis en el orden mundial y

local, evaluar el proceso iniciado al comienzo del año 2020 en el programa del poder global del patriarcado sobre la masa planetaria en el Siglo XXI.

Buenos Aires

Argentina

9 de diciembre de 2021

Osvaldo V. Buscaya (OBya)

Psicoanalítico (Freud)

                                                                      Femeninologia *Ciencia de lo femenino.Osvaldo Buscaya